En 1995, seis personas un poco desesperadas por el vacío musical existente en Madrid respecto a la improvisación, y con ganas de que las cosas cambiaran, fundamos Musicalibre.
Los objetivos de esta Asociación Cultural, sin ánimo de lucro, eran organizar conciertos, talleres, encuentros, etcétera, para conocer y relacionarnos con los improvisadores europeos –aquí no venía nadie–, y empezar a crear en Madrid un pequeño núcleo –que ha ido creciendo con el tiempo– de interesados en la improvisación.
Belma M. Mullor, Barbara Meyer, Chema Chacón, Pedro López, Wade Matthews y yo misma formamos la Junta Directiva de la Asociación.
Lo primero que hicimos, gracias a la relación que tenía Barbara Meyer con Wuppertal, fue invitar en 1996 a Peter Kowald, el magnífico contrabajista alemán, ya fallecido, para que impartiera un
taller de improvisación al colectivo de interesados, que entonces integrábamos quince personas. El taller se realizó en la Fundación Olivar de Castillejo y este grupo constituyó la primera formación de la Orquesta FOCO, cuyo nombre procede precisamente de las siglas de la Fundación que nos acogió –situada en un hermoso olivar, ya desaparecido, en medio de la Castellana.
Además de nosotros, como integrantes de esta Orquesta se encontraban futuros miembros de la Asociación, entre ellos Ildefonso Rodríguez, Markus Breuss o Antonio Bravo, junto a otros músicos como Luis Alberto Rodríguez Legido (actual miembro de la Orquesta OMEGA, de Galicia) o Pablo Abril.
Ese mismo año organizamos también nuestro primer Festival Internacional de Improvisación Hurta Cordel, cuyo nombre se refiere a un movimiento concreto en el juego de hacer bailar la peonza: el de, una vez lanzada, retirar con ímpetu la mano hacia atrás para que quede en el aire y pueda ser recogida por el jugador en la palma de su mano.
Las primeras ediciones del Festival Hurta Cordel estuvieron marcadas, desde nuestro punto de vista, por la ilusión de compartir escenario con excelentes músicos europeos, pero también por la desazón provocada por la falta de medios y la dificultad para conseguir financiación.
En los primeros festivales sólo hubo representación alemana (Peter Kowald, Peter Brötzman, Hans Reichel, Rüdiger Carl), inglesa (Vanessa Mackness, John Butcher) y suiza (Voice Crack), ya que
únicamente conseguimos el apoyo del Instituto Alemán –acérrimo defensor de nuestro Festival y concretamente representado en la figura de Sabine Belz, sin la cual el proyecto no habría iniciado su andadura– y pequeñas ayudas del British Council y de la Fundación suiza Pro Helvetia.
A falta de apoyo oficial (el Ministerio de Cultura nos daría, más adelante y en una sola ocasión, una mínima ayuda) o privado, los músicos españoles tocábamos gratuitamente y poníamos nuestros equipos de sonido y de grabación a disposición del Festival; por su parte, Wade Matthews, además de formar parte de la organización, grababa los conciertos gratuitamente.
Más tarde, contamos con la colaboración del Instituto Francés, lo que nos permitió entrar en contacto con los improvisadores franceses e invitar a músicos como Lê Quan Ninh, Jean Pallandre o Michel Doneda.
Hizo falta esperar a la sexta edición del Festival, patrocinada –en esta única ocasión– por el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea, para disponer de todos los medios necesarios y ocupar espacios habitualmente reservados a la música escrita, como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía o el Auditorio Nacional.
Para entonces, Musicalibre ya estaba integrado por, aproximadamente, treinta personas. Pedro López y Belma M. Mullor habían dejado la Asociación para dedicarse a su propio colectivo, el
CEDI; Wade Matthews se retiró de su actividad en Musicalibre –sin dejar por ello la Asociación– para centrase a la programación musical de Cruce. Arte y Pensamiento Contemporáneo. En esta
circunstancia, la nueva junta (Barbara Meyer, Ildefonso Rodríguez, Víctor Díez y yo) nos vimos de nuevo frente a la responsabilidad de conseguir financiación para que el festival no desapareciera.
En esa época organizábamos también una programación estable de improvisación libre en El Juglar, situado en el madrileño barrio de Lavapiés, y manteníamos una continuidad al menos anual de
talleres y seminarios con diferentes músicos europeos: Peter Kowald –que volvería a dirigir a la Orquesta FOCO en León, en el Festival de Música Improvisada Gaudí–, Wolfgang Fuchs, Vanessa
Mackness, John Butcher, Phil Durrant, Lê Quan Ninh...
Desde el año 2003 hasta ahora, gracias al apoyo de José Guirao, director de La Casa Encendida, tenemos, en este comprometido y activo centro cultural de Madrid, nuestra casa y nuestro lugar para celebrar cada año, durante la última semana de enero, el festival Hurta Cordel. Este festival, principal evento organizado por Musicalibre, ofrece un amplio abanico de tendencias y gustos estéticos dentro de la improvisación libre y en él se dan cita tanto grandes figuras de la improvisación europea como improvisadores de generaciones más jóvenes.
En los últimos años han participado en el festival, entre otros: Lol Coxhill, Phil Minton, Veryan Weston, Pedro López, Américo Rodríguez, Gregorio Kazaroff, Barbara Meyer, Floros Floridis, Pelayo F. Arrizabalaga, Merran Laginestra, Werner Iten, Víctor Díez, Xu Fengxia, Francesco Cusa, Ildefonso Rodríguez, Gianni Gebbia, Javier Escaned, Barry Guy, Antonio Bravo, Catherine Jauniaux, Bernardo Martínez, Wil Offermans, Junko Ueda, John Edwards y Ebba Rohweder.
Siempre hemos intentado que hubiera una representación razonable de mujeres, algo que resulta difícil por el hecho de que solemos estar más "escondidas". Pero existen excelentes improvisadoras, y en Hurta Cordel hemos invitado a gran parte de ellas: Vanessa Mackness, Maggie Nicols, Joël Léandre, Christine Wodrascka, Cova Villegas, Ute Völker, Barb Wagner, Marian Arbenz, Susie Ibarra, Irène Schweizer, etcétera.
Hay tres cosas que queremos seguir manteniendo en el festival: la actuación de la Orquesta FOCO, alma musical del colectivo, dirigida por distintos conductores: Lawrence D. "Butch" Morris, Dave
Tucker, Roland Remanan, Walter Thompson, Olivier Benoît o Michael Fischer; la programación para niños, futuros aficionados e improvisadores, y la participación, siempre importante, de músicos
españoles y residentes en España.
Procedente de La Coruña, Chefa Alonso es música improvisadora y compositora. Ha publicado recientemente el libro Improvisación libre. La composición en movimiento (Bayona, editorial Dos
Acordes, 2008), primer estudio monográfico sobre esta música publicado en España.